Si te has preguntado en alguna ocasión si hay distintos tipos de andamios, cuáles son y qué los diferencia, acabas de llegar al sitio adecuado.
En nuestra guía encontrarás explicaciones claras y sencillas sobre las principales clasificaciones de andamios más utilizadas en el mundo de las obras y la construcción, así como las aplicaciones y descripciones de cada tipo de andamio para que obtengas toda la información que necesitas.
Con esta información, podrás escoger sin ningún problema el tipo de andamio más indicado y que ofrezca todas las garantías de seguridad para la tarea que tienes en mente. ¡Vamos a ello!
Los andamios son estructuras que contienen partes tan distintas como amarres, puentes o pasarelas, construidas en infinidad de materiales y formas diferentes, lo que provoca que no haya solo una tipología de andamios, sino que encontremos varias clases en función del criterio al que se atiende, como puede ser su función, diseño o incluso fabricante.
Dentro de estas clasificaciones, hay algunas más comunes y utilizadas que otras, que son las que, al fin y al cabo, marcan las coordenadas para conocer el mundo de los andamios y elegir el más adecuado para cada caso. Descúbrelas a continuación.
La primera y más importante clasificación de andamios se realiza en función de su uso, lo que permite distinguir desde el principio para qué tipo de funciones podrán escogerse un tipo de estructura u otra. Los más relevantes son:
Andamio de seguridad: Son aquellas estructuras que permiten proteger un área o superficie en una obra.
Andamio de trabajo: Son los más reconocibles, pues este tipo de andamio da forma a aquellos donde los operarios y obreros se colocan para trabajar en altura, así como los que soportan las herramientas para ello.
Andamio para uso del público: Cuando hay una obra, estos andamios son los que permiten que los viandantes puedan atravesarla.
Andamio de servicio: Los andamios de servicio permiten, a través de pasarelas principalmente, trasladar materiales así como a los mismos obreros de una parte a otra de la construcción.
Además de estos andamios básicos, en esta clasificación también encontramos:
Apuntalamientos y apeos: Son estructuras provisionales que permiten sostener paredes o partes de la construcción poco estables.
Coberturas: Estos andamios suelen acompañarse de cubiertas que permiten resguardar trabajadores y materiales ante circunstancias como la lluvia.
Más allá de las estructuras citadas, existen más andamios con fines específicos de algunos sectores, como los que sostienen una pantalla gigante o un escenario, por ejemplo.
Otra de las principales formas de clasificar los tipos de andamios es según el sistema estructural en base al cual han sido diseñados y fabricados. Esta forma de clasificar los andamios es muy útil para visualizar cómo son, y encontramos los siguientes tipos:
Andamios unidireccionales: Estos andamios, también llamados tubulares o europeos, son aquellos que, como su nombre indica, poseen sólo una dirección, es decir, no pueden dar forma a esquinas ni recodos, siendo totalmente rectos. Precisamente por ello, son los más habituales ante fachadas simples, pues no tienen sistemas de unión para colocar barras en otra dirección que no sea la marcada por el andamio. Dentro de este tipo hay, a su vez, diferentes variedades en función de sus dimensiones, así como de si tienen sistemas como ruedas o no.
Andamios multidireccionales: Estos andamios también llamados modulares precisamente por la versatilidad que les ofrece esta forma de unión, pueden adaptarse a las irregularidades de una fachada. Los distintos módulos que los conforman permiten variaciones en la direccionalidad y ángulo de sus estructuras mediante rosetas en sus barras.
Andamio de doble pie derecho: Este tipo de andamio es el más sencillo de todos. Su estructura se basa en una fila de pies que lo apoyan en el terreno sobre el que la plataforma puede situarse a una o varias alturas.
Andamios para desplazamiento vertical: Dentro de este tipo de andamio encontramos 2 estructuras principales. Por un lado, los andamios colgantes, preparados para deslizarse desde azoteas de edificios y, por otro, los de plataforma elevadora, que poseen un sistema que permite que la plataforma se vaya elevando a la altura deseada.
En función del tipo de trabajo, unos andamios fijos o enfocados a un rápido movimiento vertical serán preferibles.
Una de las clasificaciones más amplias es aquella que distingue los tipos de andamios según su fabricación, lo que incluye tanto su material como los procesos a los que se somete al andamio para dar lugar al resultado final.
En esta clasificación, podemos encontrar:
Tipos de andamios según el material principal del que están hechos: andamios de madera, de metal, de fibra, mixtos.
Tipos de andamios según la superficie en la que se usan: andamios de fachada, para actos al aire libre, de interior, para guiar la circulación.
Tipos de andamios según cómo se apoyan o sostienen: andamios de apoyo simple, andamios colgantes, con plataforma autoelevadora, con anclajes, en voladizo.
Tradicionalmente, también se podían clasificar los andamios según si se fabricaban de forma artesanal o por un proceso de prefabricación de estructuras en serie. Sin embargo, actualmente la primera vía está en desuso y suelen fabricarse mediante procedimientos industriales.
Ahora que se conocen las variedades de andamios existentes, queda valorar cómo escoger el andamio ideal entre las distintas posibilidades que cada una ofrece. Para ello, hay que plantearse una serie de cuestiones básicas:
Dónde se va instalar el andamio
Qué uso se le va a dar
Qué movilidad va a requerir el trabajo
Qué medidas son las más adecuadas
Hasta qué altura necesitamos que llegue el andamio
Qué material es el más adecuado para dicho trabajo
Conociendo las respuestas a estas preguntas, escoger el modelo y tipo de andamio ideal no será una tarea difícil, eso sí, buscando siempre modelos homologados y con todas las garantías.
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